En el transcurso de las últimas 24 horas, los bombardeos y ataques por parte de Israel sobre Gaza han dejado un saldo devastador. Según el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por el grupo islamista Hamás, 118 palestinos perdieron la vida y 163 resultaron heridos en esta ola de violencia que sacude la región.
El comunicado emitido por el Ministerio de Sanidad detalla que “la ocupación israelí cometió 11 masacres contra familias en la Franja de Gaza, cobrándose 118 vidas y dejando 163 heridos durante las últimas 24 horas”. Estas cifras ponen de manifiesto la magnitud de la tragedia que ha azotado a la población civil en Gaza.
Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, la situación en Gaza ha sido catastrófica, con un saldo total de 29.313 palestinos muertos y cerca de 69.333 heridos. Sin embargo, estas cifras podrían ser aún mayores, dado el elevado número de fallecidos y desaparecidos bajo los escombros de los edificios destruidos, en un panorama desolador de devastación generalizada.
En las últimas horas, Israel continuó sus ataques tanto por tierra como por aire en varios puntos de la Franja. Entre ellos, se llevó a cabo una operación selectiva en el barrio de Zaytun, en Gaza ciudad, donde se informa que murieron decenas de milicianos palestinos tras combates cuerpo a cuerpo y ataques aéreos.
El Ejército israelí también informó sobre la intensificación de sus ataques en la ciudad meridional de Jan Yunis, donde han estado combatiendo desde diciembre.
Según fuentes palestinas, se registraron bombardeos contra tres casas en la urbe de Rafah, en el extremo sur donde residen 1,4 millones de palestinos, así como otros ataques con víctimas mortales en el campo de refugiados de Nusseirat y la localidad de Deir Balah, en el centro de la Franja. Además, se reportó un ataque con víctimas mortales contra un automóvil en este último lugar, según medios locales.
La escalada de violencia en Gaza sigue cobrando un alto precio en vidas humanas, mientras la comunidad internacional observa con preocupación y aumentan los llamamientos a un cese inmediato de las hostilidades para evitar más sufrimiento y pérdidas civiles.