En medio de la conmoción por el caso de los niños afectados por un supuesto pastor, el Pastor José Miguel Valoy ha expresado su posición, aclarando aspectos cruciales sobre la identidad y afiliación del implicado.
Valoy destacó que el acusado Víctor Manuel Kery no es miembro de la Confraternidad de Pastores, ni de la confraternidad local, ni de CODUE, ni de ninguna organización reconocida. “Por ahí debemos empezar”, afirmó. Aunque se desconoce si el individuo alguna vez solicitó membresía, Valoy aseguró que durante su gestión no se incluyó a esta persona, por lo que prefirió referirse a él como “supuesto pastor”.
“No creo que alguien que haya estudiado en un seminario teológico, que tenga una certificación y un aval universitario, pueda ser llamado pastor en un caso como este”, subrayó Valoy.
Citando al libro de Jeremías y a Ezequiel, Valoy enfatizó la responsabilidad individual: “El alma que pecare, esa morirá”. Cada pastor es responsable de sus enseñanzas y acciones. En este caso, el supuesto pastor ha traicionado la confianza de la comunidad, causando un daño profundo y duradero.
Valoy expresó su dolor y solidaridad con las familias afectadas, particularmente con los niños cuyos padres confiaban en una figura espiritual y fueron traicionados. “Esos niños son víctimas de una degeneración moral y de personas que se aprovecharon de ellos para obtener ganancias”, dijo.
En vista del grave daño causado, Valoy instó a las autoridades a aplicar el máximo rigor de la ley. “Esas vidas ya están dañadas para siempre, y es imperativo que la justicia actúe con celeridad y energía”, concluyó.
Finalmente, Valoy llamó a la comunidad a unirse en estos momentos de tristeza y dolor, asegurando que la prioridad debe ser siempre la protección y bienestar de los más vulnerables.