Hoy, como estaba previsto, se realizó la Cámara Gesell para los menores que fueron víctimas de abuso. La Cámara Gesell, utilizada para tomar las declaraciones iniciales de los menores, confirmó las denuncias previamente redactadas. La medida de cohesión está programada para mañana.
El Lic. Albert Severino, representante legal de los menores, mencionó que las declaraciones en la Cámara Gesell fueron coherentes y detalladas, reafirmando lo expresado en la denuncia original. «Hasta ahora, la Cámara Gesell solo ha servido para tomar en consideración y plasmar la denuncia tal como lo dictamina la justicia», afirmó Severino.
Severino también señaló que existen más menores involucrados que aún no han declarado debido a amenazas por parte del imputado, quien los intimidaba con un arma de fuego. «Es comprensible que, bajo estas amenazas, los menores se sientan temerosos de hablar. Sin embargo, confiamos en que, al ver que se les está brindando justicia, encontrarán la valentía para declarar», agregó.
El abogado destacó la sentencia número 00372 del 9 de diciembre de 2021, que condena a Víctor Manuel Kerin a cinco años de prisión, de los cuales solo cuatro meses fueron efectivos y el resto suspensivos. La sentencia también prohíbe a Kerin tutelar o interactuar con menores, una disposición que no fue ejecutada adecuadamente por las autoridades competentes.
En cuanto a su cambio de rol en el caso, Severino explicó: «Inicialmente defendí a una persona muy cercana a mi familia, sin saber que esa misma persona era la víctima. Una vez enterado de la verdad, cambié mi postura y ahora represento a las víctimas. Estoy satisfecho con el seguimiento especial que la fiscalía ha dado a este caso».
En recientes declaraciones, se ha planteado una serie de inquietudes sobre la falta de regulación en iglesias y el preocupante caso de un pastor que, a pesar de tener prohibido trabajar con niños, continúa haciéndolo bajo las mismas condiciones. Este hecho ha generado una ola de interrogantes y solicitudes de acción por parte de la ciudadanía y la confederación de pastores.
«¿Cómo es posible que alguien con restricciones siga trabajando con niños? ¿Qué nos sirve a la ciudadanía para tomar represalias y proteger a nuestros hijos?» cuestionó un vocero. La indignación es palpable entre los padres, quienes buscan respuestas claras y medidas concretas para garantizar la seguridad de sus hijos en entornos religiosos.
Además, se ha resaltado la necesidad de un organismo regulador para supervisar a las iglesias y a quienes se presentan como pastores. «No puede venir cualquiera, abrir una Biblia y establecer una iglesia sin ningún tipo de regulación», argumentó Lic Severino. Proponen la creación de un ente autorizado que supervise y regule la actividad pastoral para evitar que personas no aptas o con antecedentes penales puedan ejercer esta labor.
El impacto en las víctimas de estos abusos es profundo y duradero. «La condición de las víctimas es traumática. Actualmente están bajo tratamiento psiquiátrico y su recuperación llevará años», explicó un representante de las víctimas. La comunidad se encuentra consternada al conocer los detalles de los abusos, que incluyeron maltrato físico y amenazas con armas de fuego durante dos años.
Un caso particularmente alarmante es el de una víctima que aún no ha denunciado por miedo, tras recibir múltiples amenazas de su pastor. «Es casi imposible borrar el trauma de ser amenazado repetidamente por alguien en quien confiabas como en un padre», agregó el representante.
Estas revelaciones han generado sospechas sobre la posibilidad de que se esté ocultando información. «Hay cosas que no se pueden hacer solo; necesitas la complicidad de terceros», concluyó Severino, sugiriendo la existencia de una red de encubrimiento.
La comunidad exige respuestas y acciones contundentes para proteger a los menores y garantizar que las iglesias sean espacios seguros. La necesidad de una regulación estricta y de apoyo psicológico para las víctimas es más urgente que nunca.