El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles un memorando que instruye al Pentágono y al Departamento de Seguridad Nacional a habilitar 30,000 camas en la base naval de Guantánamo, Cuba, con el propósito de detener a inmigrantes indocumentados. El documento propone expandir el centro de detención existente «hasta su plena capacidad», sin especificar una cifra exacta; sin embargo, durante un acto en la Casa Blanca, Trump afirmó que se dispondrán de 30,000 camas.
«Tendremos 30,000 camas en Guantánamo para detener a los peores inmigrantes ilegales criminales que son una amenaza para el pueblo estadounidense», declaró Trump en la Casa Blanca, durante la firma de una ley dirigida contra migrantes con delitos menores. Añadió que algunos de estos individuos son tan peligrosos que no confían en que sus países de origen los retengan, por lo que serán enviados a Guantánamo. «Es un lugar duro. Es un lugar del que es difícil salir», enfatizó.
Actualmente, el Pentágono opera en la base de Guantánamo un centro de detención para inmigrantes, administrado de manera independiente de la prisión destinada a sospechosos de terrorismo. Este centro alberga principalmente a migrantes interceptados en el mar mientras intentan llegar a las costas estadounidenses, principalmente desde Cuba y Haití. Según datos publicados por The New York Times, entre 2020 y 2023, el centro alojó a solo 37 personas.
El campo de detención en Guantánamo fue inaugurado en 2002 por orden del entonces presidente George W. Bush para retener a acusados de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La base opera en un vacío jurídico donde no se aplican las mismas garantías legales en materia migratoria que rigen en el territorio continental estadounidense, y su funcionamiento ha sido históricamente opaco, con poca información pública sobre lo que ocurre allí.
Un reportaje publicado en septiembre de 2024 por The New York Times, basado en informes internos del Gobierno, reveló que los detenidos enfrentan condiciones precarias en Guantánamo, incluyendo denuncias de uso obligatorio de gafas de visión opaca durante traslados, monitoreo de llamadas con abogados y presencia de ratas en algunas instalaciones.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó este miércoles como un «acto de brutalidad» el anuncio de Estados Unidos sobre el envío de indocumentados a Guantánamo. Criticó la medida, asegurando que culminará con los migrantes en «las conocidas cárceles de tortura y detención ilegal» dentro de la instalación estadounidense. «En un acto de brutalidad, el nuevo Gobierno de EE.UU. anuncia el encarcelamiento en la Base Naval en Guantánamo, ubicada en territorio de Cuba ilegalmente ocupado, de miles de migrantes que expulsa forzosamente», expresó Díaz-Canel en redes sociales.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó que la medida es una muestra del «desprecio hacia la condición humana y el derecho internacional» por parte de Washington.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, también se pronunció al respecto, señalando que «no es realista» suponer que la administración de Donald Trump llevará a cabo deportaciones masivas de cubanos. Recordó que existen acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos, y cualquier acción en este sentido debe realizarse en el marco de lo establecido en dichos acuerdos. (cibercuba.com)
La decisión de ampliar la capacidad de detención en Guantánamo ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y expertos en migración, quienes advierten sobre posibles violaciones a los derechos de los migrantes y las implicaciones legales de esta medida.