Hay un pensamiento que mortifica a Joan Laporta desde el 5 de agosto de 2021: pasar a la Historia como el presidente que enseñó la puerta de salida a Leo Messi. El máximo mandatario sabe que, a pesar de la impopularidad de la decisión, era algo que había que hacer para defender la viabilidad del club. Pero también es consciente de que ese tipo de matices suelen pasarse por alto cuando se habla de perder al mejor culé de todos los tiempos.
Desde entonces, el presidente del Barça trata de buscar la forma de reconducir una relación que quedó rota. La imagen de Messi llorando en su rueda de prensa de despedida o episodios como el hablando en un streaming sobre lo mal que quedó la cosa, no ayudan.
Desde el Barça se han hecho acercamientos, sobre todo con el padre del atacante, para intentar normalizar una relación que está a años luz de lo que fue. El vínculo Laporta-Messi es prácticamente inexistente a pesar de que ambos formaran parte de la época más brillante en la historia del club. La manera en que terminó todo hace un par de años pesa más que todos aquellos éxitos.
El mandatario acudió a los premios The Best con la esperanza de que se pudiera producir un acercamiento, incluso una foto que sirviera para normalizar la situación, pero no fue posible. El ’10’ no estaba por la labor.